dijous, 20 de setembre del 2012

LA INHIBICIÓN CONDUCTUAL EN LA INFANCIA ES UN FACTOR DE RIESGO PARA LA FOBIA SOCIAL EN LA EDAD ADULTA

La fobia social es el trastorno más común de los trastornos de ansiedad en la adolescencia. Su impacto negativo no sólo afecta a las relaciones sociales (incluidas las relaciones de pareja), sino que también comporta alcanzar un menor nivel educativo, menores oportunidades de encontrar trabajo (o un sueldo más bajo) y una mayor asociación con otros trastornos psiquiátricos, incluidos los intentos de suicidio.

Aunque existen tratamientos muy eficaces para la fobia social, es frecuente que las personas la sufren demoren la búsqueda de terapia, lo que resulta en una innecesaria prolongación del sufrimiento y un incremento de las secuelas que ocasiona el trastorno.

Uno de los factores de riesgo más sólidos para el desarrollo de la fobia social es la inhibición conductual, que se define como la tendencia a reaccionar ante las personas y situaciones desconocidas con excesiva cautela o evitándolas.

La inhibición conductual es una característica adquirida por herencia que ya se expresa a edades tempranas y que, en su modo más extremo, caracteriza al 15-20% de los niños. En estos casos de inhibición conductual grave, los niños se caracterizan por ser muy tímidos, por asustarse con gran facilidad y por una conducta excesivamente precavida. Asimismo, presentan signos de una mayor activación psicofisiológica como, por ejemplo, una mayor frecuencia cardíaca basal, una respuesta incrementada de dilatación pupilar y mayores niveles de cortisol.

Un reciente estudio ha analizado los resultados de varias investigaciones previas sobre la inhibición conductual en la infancia y la adolescencia como factor de riesgo para el desarrollo de una fobia social. Los resultados muestran que, efectivamente, los niños con inhibición conductual presentan un riesgo de desarrollar una fobia social siete veces mayor que los niños sin inhibición conductual. En otras palabras, más del 40% de los niños con inhibición conductual acabarán sufriendo una fobia social.

Identificar los factores de riesgo en la infancia es fundamental para prevenir el desarrollo de trastornos psiquiátricos en la edad adulta. La inhibición conductual es un factor de riesgo de primer orden para la fobia social. Identificarla a tiempo podría permitir la aplicación de tratamientos preventivos breves (algunos de ellos dirigidos a los padres) que ya han demostrado ser capaces de reducir el desarrollo de síntomas de ansiedad y de otros trastornos psiquiátricos en seguimientos de hasta tres años de duración.

Clauss JA, Blackford JU. Behavioral Inhibition and Risk for Developing Social Anxiety Disorder: A Meta-Analytic Study. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry 2012. (Epub ahead of print)
http://dx.doi.org/10.1016/j.jaac.2012.08.002

divendres, 7 de setembre del 2012

UNA POSIBLE VACUNA COGNITIVA PARA LAS RECAÍDAS DE LA DEPRESIÓN

Aproximadamente el 80% de las personas que ha sufrido una depresión presentará al menos una recaída a lo largo de su vida. Por consiguiente, los tratamientos enfocados a la prevención de recaídas son fundamentales para la adecuada evolución de este trastorno.

Hasta la fecha se han identificado varios factores de riesgo para la recaída de la depresión entre los que destacan los sesgos cognitivos negativos. Un sesgo cognitivo negativo consiste en la tendencia a prestar especial atención, interpretar y recordar la información de manera negativa. La presencia de sesgos negativos no es característica únicamente de las personas deprimidas, sino también de las personas en riesgo de sufrir una depresión.

Estudios recientes han demostrado que los sesgos atencionales pueden ser entrenados mediante programas informáticos que consiguen que la persona aprenda a dirigir la atención de manera automática hacia la información contextual positiva.

En un estudio experimental se ha puesto a prueba la eficacia de uno de estos programas para reducir dos de los factores de riesgo para la recaída de la depresión: la presencia de síntomas depresivos residuales y la respuesta incrementada del cortisol al despertar. Dos grupos de pacientes recuperados de dos o más episodios depresivos previos fueron seleccionados para recibir al azar dos semanas de entrenamiento informático atencional para aprender un sesgo atencional positivo o dos semanas de un tratamiento informático placebo.

Los resultados mostraron que el tratamiento atencional informático positivo fue capaz de reducir los síntomas residuales de depresión y de ansiedad, así como la respuesta incrementada del cortisol al despertar. Por lo tanto, este tipo de tratamiento podría constituir una “vacuna cognitiva” contra la recaída de la depresión y utilizarse como estrategia de prevención secundaria del riesgo de recurrencia.

Cabe destacar que el entrenamiento atencional que tuvo efecto utilizó expresiones faciales positivas mientras que el entrenamiento atencional que utilizó palabras positivas no fue eficaz. Asimismo, será necesario verificar el efecto de la aplicación de esta estrategia sobre el número de recaídas de la depresión en estudios longitudinales a largo plazo. Mientras tanto, el descubrimiento de una técnica que reduce los factores de riesgo para la recaída de la depresión abre una vía de esperanza para la resolución de uno de los principales problemas del tratamiento de este trastorno del estado de ánimo.

Browning M, Holmes EA, Charles M, Cowen PJ, Harmer CJ. Using Attentional Bias Modification as a Cognitive Vaccine Against Depression. Biological Psychiatry 2012 (epub ahead of print) http://dx.doi.org/10.1016/j.biopsych.2012.04.014

dilluns, 3 de setembre del 2012

EL LADO OSCURO DE LA PERSONALIDAD


Aunque los integrantes de la Tríada oscura de la personalidad (el narcisismo, el maquiavelismo y la psicopatía) comparten el egocentrismo, la frialdad y la manipulación para conseguir sus propósitos a costa de los demás, también poseen características propias.

Los narcisistas, por ejemplo, tienen un concepto grandioso de si mismos que se acompaña de la devaluación de los demás, una vanidad extrema, egocentrismo, arrogancia y la sensación de merecer derechos especiales. Los narcisistas exigen (y a veces consiguen) beneficios importantes como un estatus elevado, posiciones de liderazgo, popularidad a corto plazo y un mayor número de parejas esporádicas. Sin embargo, también son más vulnerables, menos íntegros y tienen menos éxito en las relaciones estables.

Los maquiavélicos, por su parte, se caracterizan por un pensamiento frío, cínico, pragmático e inmoral, son hábiles en la planificación estratégica a largo plazo, el engaño y la explotación. Son personas hábiles en la creación de impresiones, poco dados a la conducta en favor de los demás y centrados únicamente en la obtención de poder, lo que suele hacerlos socialmente indeseables. Sin embargo, también suelen ser preferidos como líderes.

Los psicópatas persiguen emociones fuertes de manera impulsiva, son irresponsables, carecen de empatía y tienden a la manipulación interpersonal y a la conducta antisocial. Aunque suelen salirse con la suya en entornos laborales y tienen éxito en las relaciones sentimentales a corto plazo, son destructivos para si mismos y para los demás mediante, por ejemplo, el consumo de alcohol y otras sustancias, la violencia y la delincuencia.

Por lo tanto, el lado oscuro de la personalidad alberga características negativas, pero también positivas para este tipo de personas y los que se relacionan con ellas. Esta observación plantea la pregunta de hasta qué punto la tríada oscura de la personalidad es tan negativa como parece y, sobre todo, hasta qué punto los demás percibimos como negativas a estas personas.

Un reciente estudio responde a esta pregunta. Como era de esperar, la evaluación del maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía fue, en general, negativa (es decir, uno preferiría no ser así y el serlo comportaría consecuencias perjudiciales para uno mismo y para los demás). Sorprendentemente, no obstante, el narcisismo fue evaluado más positivamente que el maquiavelismo y la psicopatía. Al parecer, algunas características narcisistas (como el “encanto narcisista”, el atractivo físico y la ambición por alcanzar el éxito) parecen atributos deseables para la mayoría.

Rauthmann JF, Kolar GP. How “dark” are the Dark Triad traits? Examining the perceived darkness of narcissism, Machiavellianism, and psychopathy. Personality and Individual Differences 2012;53(7):884-889.

http://dx.doi.org/10.1016/j.paid.2012.06.020