dilluns, 28 d’octubre del 2013

LA ACTIVACIÓN CONDUCTUAL NO SÓLO ES EFICAZ PARA LA DEPRESIÓN MAYOR

La activación conductual es un tipo de psicoterapia breve eficaz para la depresión de cualquier gravedad.

Actualmente la Psicología clínica valora si diferentes estrategias de terapia cognitivo-conductual podrían tener un valor transdiagnóstico. Es decir, si estas intervenciones son capaces de modificar procesos básicos que son comunes a varios tipos de trastornos mentales. Uno de estos procesos que es común a los problemas de ansiedad y depresión es la preocupación excesiva.



La preocupación excesiva se define como un proceso repetitivo de pensamiento negativo que intenta de manera infructuosa prevenir la ocurrencia de acontecimientos negativos o planificar la manera de afrontarlos en caso de que se produjeran. La preocupación actúa como una respuesta de evitación cognitiva que impide el procesamiento emocional del miedo y, por tanto, alivia la ansiedad a corto plazo pero la mantiene y la agrava a largo plazo. Por otra parte, la preocupación excesiva también contribuye a la evitación de situaciones conflictivas o aquellas que uno no está muy seguro de poder manejar de manera adecuada, con la consecuencia de no solucionar los problemas y, por tanto, de mantener la incertidumbre y la ansiedad.

La aplicación de la activación conductual a la preocupación excesiva como parte fundamental para controlar la ansiedad y la depresión se centra en romper los círculos viciosos de evitación ansiosa enseñando al paciente a identificarlos y proponiendo conductas alternativas a la preocupación. Durante el tratamiento, la reducción de la evitación pone de manifiesto la ineficacia de la preocupación e incrementa la sensación de control sobre el manejo de problemas, lo que reduce la ansiedad y su interferencia en la vida de la persona.

Acaba de publicarse el primer estudio controlado en el que se pone a prueba la activación conductual como tratamiento para la preocupación excesiva. En un breve programa de ocho semanas de psicoterapia en grupo se observó que, comparados con los participantes que no recibieron la terapia, el grupo que realizó la activación conductual redujo la preocupación, los síntomas de depresión, la evitación cognitiva y la intolerancia de la incertidumbre, y mejoraron la actitud orientada a la solución de problemas, con un efecto que se incrementó de manera progresiva incluso una vez finalizada la terapia cognitivo-conductual.

Dada la brevedad y sencillez técnica de la activación conductual para la preocupación, los autores del estudio sugieren que este tratamiento podría estar especialmente indicado como paso previo a una terapia cognitivo-conductual más compleja o para aquellos casos en los que ésta no esté indicada.

Chen J, Liu X, Rapee RM, Pillay P. Behavioural activation: A pilot trial of transdiagnostic treatment for excessive worry. Behaviour Research and Therapy 2013;51(9):533-539.